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El suelo empieza a temblar cuando Sonus sube al escenario. Vestida con un body de cuero negro, el público mira atónito mientras ella serpentea su cintura al ritmo de la música. Los tobillos del público vibran sobre el zacate y la lona que los cubre se mueve como bandera. Sonus sabe que nunca han visto a alguien como ella. Ver a una bruja en la vida real es raro. Ahora que lo pienso, un DJ que controla a una multitud con ondas sonoras es muy parecido a una bruja que controla a alguien con sus poderes. En la adultez uno piensa que los encuentros con lo oculto son cuentos de ficción, pero esta noche, esas historias son creÃbles.
Mi mente se deja llevar por la música de Sonus. Recuerdo que mi madre me contó sobre su encuentro con Tionema, la bruja del circo andante, en Casa de Piedra a finales de los años sesenta del Siglo XX.
Tionema venÃa con un circo ambulante que iba por Jalisco y se instaló en las afueras del pueblo junto a los cañaverales. Era surrealista ver cómo una lona gigante y decorada con espirales blancos y rojos se extendÃa sobre las lomas verdes.
Mientras terminaban los actos, Mamá temÃa con solo pensar que su padrastro podrÃa estar despierto esperándola. Todos los amigos de Mamá iban a ir al circo, asà que ella se escapó para ver el espectáculo. Aunque tuvo miedo, se alegró de haber esperado hasta el final y experimentar las habilidades de Tionema. Telepáticamente, la mujer misteriosa sabÃa los problemas de los voluntarios que se atrevÃan a acompañarla y les purgaba sus recuerdos dolorosos.
Tionema comenzó su acto llamando al universo como una forma de conectar con un espÃritu colectivo. Los llamados de Tionema se convirtieron en vocalizaciones que aumentaban de volumen a medida que cantaba. Mama recuerda que su canto se engrosó hasta convertirse en un conjunto de voces que parecÃan un coro sosteniendo un acorde disonante.
Una vez que el público tenÃa el cerebro limpio, Tionema hacÃa preguntas directas a los voluntarios. Preparaba tés personalizados dependiendo de lo que contestara la persona. Dentro de la tetera de cristal, se podÃa ver la colección de hojas que flotaban encima del agua dorada. Mamá dijo que Tionema no usó azúcar para añadir dulzor a los tés. En vez, trozó un caño largo con su machete blanco y lo presionó entre dos piedras de mármol para sacar el jugo. Una vez endulzado, los participantes se tomaban su té y se volvÃan más susceptibles a los poderes de Tionema durante su interrogatorio. Después, Tionema se ponÃa de pie y su mirada traspasaba las pupilas llorosas de sus súbditos para enlazar su conciencia con la de ellos. No tenÃan otra opción más que hablar de los recuerdos extraÃdos.
Tionema daba fuerza telepática que destruÃa cualquier miedo relacionado con traumas reprimidos. Ya cuando los voluntarios tenÃan rÃos brotando de sus ojos, Tionema cantaba de nuevo con tanta fuerza que Mamá recuerda su estómago retorcerse como si estuviera en una montaña rusa. Un hombre lloró con tan profundo dolor que el asistente de Tionema vació tres cuencos de latón llenos de sus lágrimas.
Esa misma noche, mientras mi madre corrÃa entre los cañaverales para llegar a casa, se encontró a Tionema en medio del campo mirando hacia las estrellas. HabÃa un montoncito de cañas a sus pies y tenÃa el brazo estirado con la mano sosteniendo el machete brillante que goteaba jugo dulce.
Mamá dijo que Tionema era hermosa, pero no fácil de mirar. Llevaba una cadena de plata con largas hileras colgantes de cristales de selenita y ópalo. Ella brillaba porque la luz de la luna se reflejaba de la cadena que la cubrÃa desde su cuello hasta los pechos. Su piel bronceada, su largo pelo negro y sus altos pómulos le daban una presencia que hacÃa que la gente mirara en otra dirección. Los pocos que se atrevÃan a conectar con ella tenÃan el privilegio de presenciar cómo sus ojos llorosos suavizaban a sus iris negros.
La hechicera sintió la presencia de Mamá detrás de ella e inmediatamente le ordenó que se fuera a casa.
"No quiero irme. Mi padrastro seguramente ha descubierto que no estoy en cama y me castigará por ello", dijo mi madre mientras sus ojos cafés se llenaban con preocupación.
"No le temas. Es un hombrecito. Tu eres protegida por espÃritus puros. Nada que sea de luz le protege a él, sólo la magia negra", respondió Tionema con su ceja derecha alzada y su nariz arrugada como si tuviera asco.
"Toma esto", ordenó suavemente mientras le entregaba a Mamá un trocito de caña. "MastÃcalo y siente cómo la dulzura del jugo convierte tu miedo en valor. Cuando te sientas preparada, llévate a tu abuelita y aléjate de tu padrastro. Si tu madre decide quedarse con él, entiende que los miedos de ella son tan reales como los tuyos. Acepta que pagará por sus errores igual que tú y yo pagaremos por los nuestros".
¿"De dónde vienes"? Le preguntó mi madre.
"Soy energÃa en forma fÃsica. Todos la somos. Yo vengo de cualquier bosque que esté dispuesto a proteger a los dotados como yo. La madre naturaleza me permite traer a otros el pasado, el presente y el futuro. Soy quién necesitas que sea", respondió Tionema.
"Esta tierra es poderosa. Esta noche, la caña de azúcar hizo que mis tes funcionaran mejor que nunca. Nunca habÃa hecho conexiones tan fuertes. La tierra aquà está cargada de energÃa positiva y parece estar viva. Aprovéchala", le dijo Tionema a mi madre.
El bajo que sale de las bocinas me hace volver a la realidad. Las luces estrobo se encienden en patrones rápidos que cambian de color. El público salta en sus lugares mientras Sonus mezcla una canción tras otra. Nadie en la multitud se da cuenta de la magia a la que estamos sometidos.
Sonus sube arriba de la mesa y detiene el plato que gira en la placa de DJ con su tacón de clavo.
La música se detiene para revelar el sonido de la multitud expresando su más profundo dolor con llantos. Miro caras con la boca estirada y llorando lágrimas espesas. Imagino que los gritos colectivos formaban un sonido similar a los cantos de Tionema que Mama describió. Mis oÃdo duelen al oÃr los gritos.
Sonus suelta el tacón del plato y continua la música horrorosa y agradable.
Dejo que mi mente divague con las formas de la música mientras mi pecho es golpeado con latigazos sónicos. Los ruidos agudos me cosquillean el oÃdo mientras los tambores hacen rebotar mis pies. Las ondas de la música rompen la barrera fÃsica del sonido y veo con mis ojos una ola de sonido salir de las bocinas y desparramarse entre nuestros cuerpos.
De repente, recuerdo una época cuando no me preocupaba del fracaso.
Me encuentro sobre mis rodillas en la primera fila y Sonus se fija en mà entre el público. Me doy cuenta de que me rodea un charco de mis lágrimas que no se absorbe por el zacate. Las vibraciones de la música crean figuras cimáticas en la superficie del charco. Sonus me mira profundamente desde el escenario. Una ola de emociones se apodera de mi cuerpo mientras mis ojos permanecen fijos en la bruja parada encima de la mesa.
Luego, el sonido que me rodea se desvanece y es sustituido por un suave zumbido. Oigo la voz dulce de Sonus en mi cabeza sin verla mover sus labios rositas. Con delicadeza, extiende su suave mano y se inclina hacia mà hasta que su frente parte por el medio la cascada de su cabello negro.
"No me temas a mà ni al futuro", me dice Sonus mientras su música vuelve a mis oÃdos poco a poco. "Tionema bendijo a tu madre y todos sus descendientes la noche en que tomó la caña de azúcar".
La música vuelve a sonar con fuerza. Voces robóticas llenan la lona.
Volteo para encontrar montones de cuerpos dormidos sobre el zacate.
Yo era la única persona arrodillada y despierta.
No recuerdo haber vuelto a mi coche. Hasta ahora, no sé que experimentaron los demás en sus cabezas. Pero sà sé que la música que tocaba Sonus estaba cargada con la misma energÃa que contenÃan los cañaverales en Casa de Piedra.
Mi miedo al fracaso lo siento vencido. Asà como mi madre, siento valentÃa.
Ahora yo también puedo luchar por mi paz.
DEPARTE DEL AUTOR
Mi objetivo era crear una historia chicana que complaciera a los lectores experimentados con su compleja estructura y que también atrajera a nuevos públicos. Intenté difuminar los lÃmites entre magia y ciencia al combinar imágenes mÃticas con el poder de las ondas sonoras. En esta historia de ficción familiar, Tionema es la guÃa que todos necesitamos para ayudarnos a crecer y Sonus es el recordatorio necesario para seguir adelante. Memoria, magia, actuación, transformación y música son todos los elementos que se combinan para crear un relato chicanx que explora nuestras lecciones de vida actuales y pasadas.
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